lunes, 13 de febrero de 2012

UNA NOVELA QUE CUESTIONA
Escribe Carlos Sforza*
Hay novelas que motivan en el lector diversas reacciones. Las hay donde el suspenso tiene pendiente a quien lee; las hay que abordan historias de pasiones, de luchas, de guerras; las hay que muestran los aspectos psicológicos de un personaje o de varios. Y también, en una gama que podría extenderse en varias direcciones, las novelas que cuestionan.
“Los rebeldes” (Ediciones Salamandra, Barcelona, España, 2009, 255 p.) obra escrita por Sándor Márai es una novela que cuestiona. De allí que Il Giornale haya dicho que es “una novela extraordinaria, inquietante”.Y el autor, a la obra la publicó en 1930 y en 1988 la revisó y la edición de Salamadra es la versión definitiva de este libro de Márai.
EL AUTOR
Sándor Márai nació en 1900 en Kassa, pequeña ciudad de Hungría que hoy pertenece a Eslovaquia. Pasó un tiempo de exilio en Europa y cuando, después de la invasión de los tanques rusos a Hungría, llegó el régimen comunista, emigró a Estados Unidos en 1948. Las obras del escritor fueron prohibidas durante muchos años en Hungría y en el ocaso del régimen comunista reaparecieron sus libros en su país y, como se ha dicho, en el mundo entero. Márai se suicidó en 1989 en San Diego, Califormia.
Entre los títulos del húngaro, figuran obras como “El último encuentro”, “La herencia de Eszter”, “Divorcio en buda”, “La amante de Bolzano”, “La mujer justa”, “La hermana”, “La extraña”, “Confesiones de un burgués”, “¡Tierra, tierra!”, ¡Diarios 1984-1989”.
EL LIBRO
“Los rebeldes” transcurre en los finales de la Primera Guerra Mundial. Márai sitúa la novela en un pueblo donde los jóvenes, en edad para luchar en la guerra, han salido de allí. Quedan muchos hombres de edad, mujeres y adolescentes y niños que cursan sus estudios. El núcleo central de la novela es la vida de cuatro estudiantes, que se gradúan en la secundaria y están prontos a enfrenta la guerra, para ellos una de las tantas idioteces de los mayores, pues deberán alistarse e ir al frente de batalla.
Los cuatro muchachos, Tibor, Ábel, Erno y Béla se reúnen en lo que denominan la pandilla, y emprenden una lucha utópica contra las reglas y normas impuestas por los adultos. Son jóvenes de diversas extracciones sociales, con diferentes aptitudes, que se reúnen en secreto a beber, fumar, jugar a las cartas. A reunir objetos extravagantes que hurtan de sus propias casas y los ocultan. En la vida cotidiana cumplen su rol de estudiantes recientemente graduados, saludan con cortesía a los mayores a quienes, en el fondo, dicen odiar como a la vida ficticia que llevan aquéllos y saben, por cierto, que pronto ellos mismos, los jóvenes rebeldes, se incorporarán al mundo de los adultos y serán parte de la farsa que ven en ese ámbito.
Por cierto Márai que escribió esta novela a los treinta años de edad, es un escritor que maneja el lenguaje, los tiempos, los personajes y las descripciones con una gran calidad.
A medida que las historias de los muchachos y su entorno se desarrollan, el autor introduce descripciones de ambientes, de paisajes, de seres, con una prosa justa, adecuada y literaria que a veces toma vuelos casi líricos.
Todo cambia cuando al pueblo llega el actor Amadés y cambia el rumbo de la pandilla. Es la desintegración de la misma con la complicidad del prestamista Havas. Este personaje es una verdadera creación literaria del autor. Como lo es la de Amadés. Y el escritor húngaro sabe presentar los personajes y hacer de los momentos ridículos, a veces burdos, un mundo que se hace creíble, verosímil, en el cual se sumerge el lector.
The New Yorker dijo de esta novela: “Muy, muy buena (…) deja entrever gran parte de las últimas obras de Márai, pero es mucho más divertida y extravagantemente imaginativa”. El desenlace final, dramático pero no revulsivo sino presentado con un halo de poesía en la marcha del zapatero rengo con su hijo en los brazos, es un final digno de una excelente novela.
En “Los Angeles Times escribieron que “Márai traza unos personajes tan convincentes que, escena tras escena, la historia mantiene el suspenso”. Y es así. Uno comienza a leer esta obra que originalmente fue publicada en 1933, que tiene la estructura novelística que podríamos llamar clásica, y sigue la lectura ávidamente, pues la escritura de Márai es potente y potencia a lo que narra. Es una obra que hace pensar y por ello mismo, cuestiona al lector. Es en suma, una excelente novela de un narrador para la mayoría de los argentinos, ignorado. Pero que ahora, con las ediciones en español, puede ser leído y gozar con sus narraciones.

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