sábado, 3 de agosto de 2013

JULIO CORTÁZAR Y LA LITERATURA
Escribe Carlos Sforza*
Acaba de publicarse el libro “Clases de Literatura” que reúne las que dictó Julio Cortázar en Berkeley en 1980.
Un adelanto de la primera clase  llamada “Los caminos del escritor” la brindó ADNLa Nación el 26 de julio de 2013. Sin dudas leer las clases del autor de “Rayuela” es un verdadero placer y, sobre todo, encontrarse con el pensamiento del escritor y su visión del cuento y la novela.
Marca las diferencias entre el cuento y la novela y considera que el primero es de más fácil acceso para los lectores (en el caso de las clases, para los oyentes). Narra su estancia en Buenos Aires y luego en París. Y habla, asimismo, de los tres estados por los que ha atravesado. Por supuesto no elude nada de lo referente a los gustos, lecturas y preferencias literarias y políticas de su juventud y de los años posteriores.
Afirma que pertenece “a una generación de argentino surgida casi en su totalidad  de la clase media de Buenos Aires (…); una clase social que por estudios, orígenes y preferencias personales se entregó muy joven a una actividad literaria concentrada sobre todo en la literatura misma”. Ello hacía que fueran “profundamente estetizantes, concentrados en la literatura por sus valores de tipo estético, poético, y por su resonancia  espirituales de todo tipo”.
Ese período es al que denomina estético en cuanto a sus lecturas y su manera de encarar la escritura. De allí que la actitud “era un planteo estético, una solución estética; la actividad literaria valía para nosotros por la literatura misma, por sus productos y de ninguna manera como uno de los muchos elementos que constituyen el contorno, como hubiera dicho Ortega y Gasset la circunstancia, en que se mueve un ser humano, sea o no escritor”.
Cuando comenzó a preocuparse por el otro, el prójimo, según explica en esa primera clase, hizo que entrara en el estudio de la psicología de la gente, y es el período que él llama metafísico. Y comenzó a esbozarse con el excelente cuento “El perseguidor” basado en la vida de Charles Parker, el famosos músico norteamericano. En el cuento le pone el nombre de Johnny Carter. Yen ese período, en el que se hacía muchas preguntas, surgen como respuesta dos novelas. “Los premios” y “Rayuela”. Y hace alusión a las mismas y marca las diferencias entre el cuento y la novela. Afirma que “Tenía una preocupación técnica, porque un escritor de cuentos (…) maneja un grupo de personajes lo más reducido posible por razones técnicas, no se puede escribir un cuento de ocho páginas en donde entren siete personas ya que llegamos al final de las ocho páginas  sin saber nada de ninguna de las siete (…). La novela en cambio es el juego abierto (…)”. Y nos habla de lo que significó “Los premios” como experiencia de su incursión en la novela. En “Rayuela”, escrita años después, puso en juego conforme expresa, “todo lo que en ese momento podía poner en ese campo  de búsqueda e interrogación”.
De allí en más, ingresa en lo que denomina etapa o período histórico en la escritura. Y desarrolla a través de su confesión autobiográfica, qué significa para él esa tercera etapa en su vida de escritor. Por eso afirma: “Por eso me parece que lo que me sucedió  en el terreno individual  y privado es un progreso que en conjunto se ha ido dando
De la misma manera yendo de lo más privilegiado, lo más refinado como actividad literaria, a una literatura que guardando todas sus calidades y todas sus fuerzas se dirige actualmente a un público de lectores que va mucho más allá de los lectores de la primera generación que eran sus propios grupos de clase, sus propias élites, aquellos que conocían los códigos y las claves y podían entrar en el secreto de esa literatura casi siempre admirable pero también casi siempre exquisita”.

  Sin dudas, estamos ante un libro que nos enseña mucho, nos informa y nos deleita puesto que el autor (disertante en el caso) nos alcanza conceptos y reflexiones que han marcado hitos en su vida como hombre y como escrito. Es decir, como hombre que escribe. Y que lo ha hecho con notables aportes a la literatura universal.

2 comentarios:

  1. ¡Qué gusto rememorar viejas lecturas! Más cuando viene de su letra distinguido Carlos, doble placer. Leido a través de La Mañana del domingo.

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  2. Gracias Gustavo: parafraseando a Peguy, el libro es nuevo y las noticias del día, viejos. Un abrazo.

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