martes, 5 de julio de 2011

Aclaración

En mi última nota sobre el estudio de la novela publicado en 1816, faltó, en la parte fina, una parte que cerraba dicha nota. Ahora la publico y espero que los lectores la completen:
Siguiendo con su pensamiento hegeliano, el autor afirma que “en la novela lo único que se vuelve visible es la distancia que separa el sistema de la realidad concreta; un sistema que pone el acento en la convencionalidad del mundo objetivo y en la interioridad del subjetivo. Así, en sentido hegeliano, los elementos de la novela son enteramente abstractos” (p.65).
Lukács trabaja, en sus análisis, con la obra de Dante Alighieri y se sumerge en otros autores como Cervantes cuyo Don Quijote le sirve de paradigma para muchos de sus tramos ensayísticos, Flaubert, Balzac, y llega hasta Tolstoi.
Lo cierto es que el autor húngaro ha calado hondo, desde su mirada filosófica, en la novela pero con una visión que refleja el momento histórico en que la obra fue publicada: 1916. Sostiene que “la novela es la epopeya del mundo abandonado por Dios” y que “el espíritu de la novela es la de la madurez viril y la estructura característica de su materia” como asimismo que “la novela habla de la aventura de la inferioridad; sus contenido es el relato del alma que sale a buscarse, que quiere ponerse a prueba con las aventuras, para poder hallar su propia esencia” (pp.84/85).
El estudio de Lukács es, sin dudas un anticipo de sus obras posteriores. Se podrá estar de acuerdo con lo que en esta obra sostiene o disentir en parte o en todo. Pero, sin dudas, es un trabajo profundo, que hace pensar y que, con buen criterio ha sido exhumado del olvido para conocimiento de los que hoy, de una forma u otra, estamos insertos en el mundo de la novela.

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