jueves, 1 de septiembre de 2011

UN LIBRO ÁCIDO QUE HACE PENSAR
Escribe Carlos Sforza*
Martín Caparrós ha publicado el libro ARGENTINISMOS (Planeta, Buenos Aires, 2011, 400 páginas). Como subtítulo el autor ha escrito “Las palabras de la patria”.
Martín Caparrós aparte de su labor como escritor es ampliamente conocido por sus apariciones mediáticas en programas de televisión y en otros eventos. Es Licenciado en Historia, título que obtuvo en París. Ha vivido en el extranjero varios años, estuvo exiliado. En su bibliografía figuran varias novelas como Ansay o los infortunios, No velas a tus muertos, La noche anterior, El tercer cuerpo, Valfierno, A quien corresponda. Asimismo es autor de libros de crónicas como Larga distancia, La guerra moderna, Contra el cambio, entre otras. En suma, es un autor prolífico ya que en su haber tiene publicados una veintena de libros.
Ha recibido diversas distinciones como el premio Planeta, el premio Rey de España, la beca Guggenheim. Ha dirigido diversas revistas, y ha incursionado en la radiofonía y la televisión.
EL LIBRO
Ahora nos entrega este diccionario sui generis, que motiva la presente nota. Caparrós en su nueva obra, podríamos decir que redefine muchos términos políticos en uso en nuestro país. No escapan a la pluma del autor, ninguno de palabras en uso en la actualidad. Porque es evidente que en la idea de Caparrós al componer el libro, está mostrar descarnadamente, con una acidez a la que el autor nos tiene acostumbrados, lo que valen ciertas palabras en boga y boca de políticos, sociólogos, historiadores, comunicadores, en cuanto a su significado que los argentinos solemos aplicarles.
En la introducción, Martín Caparrós cuenta una anécdota y saca una conclusión: la imposibilidad de poder discutir un tema. Dice el autor: “Hemos perdido – si es que alguna vez la tuvimos,- la capacidad de discutir. Se agravia, se amenaza, se putea en arameo, pero es muy difícil discutir alguna idea”. Por no pensar igual, gente amiga ahora, expresa el autor, lo odia. Gente con la que ha compartido la amistad y hasta ideales, ahora, porque no piensa como ellos, le quitan el saludo y no son capaces de entrar en una discusión franca..
Dice Caparrós que “El formato de este libro es casi simple: voy a explorar las palabras que, estos últimos años ocuparon buena parte de la escena, para pensar qué dicen esas palabras que se han vuelto argentinismos: progresismo, modelo, lagente, política, campo, democracia, derecho shumanos, peronismo, relato, militancia, kirchnerismo, futuro, Él, trucho, secentismo y varias más(…)”.
Es indudable que el autor conoce la tela que corta en este libro. Lo hace desde su punto de vista que, obviamente, podrá ser o no compartido. Pero con cáustica mirada de quien conoce de lo que habla, penetra con el escalpelo en las entrañas y en el entramado de nuestro país, y dice cosas que muchos saben pero callan, y otras que por su militancia anterior, el autor conoce de primera mano.
Y para que no queden dudas, Caparrós dice con claridad dónde está parado: “Por eso quiero aclarar, antes que nada, desde donde hablo. No hay nada más incómodo que tener que explicar la propia posición, pero aún así quiero decir que yo fui uno de esos que tuvimos que dejar la Argentina mientras el matrimonio Kirchner hacía buenos negocios de esos que criticábamos al peronismo de Menen mientras el matrimonio Kirchner y su gobieno peronista hacían buenos negocios, de esos que trabajábamos para recuperar la historia reciente mientras el matrimonio Kirchner prohibía en su capital marchas de las Madres.”
La postura de Martín Caparrós en cuanto a su pensamiento, está clara al leer esta obra. No se casa con nadie y dice lo que cree y debe decir. La razón de este originalísimo diccionario nace de la actitud crítica y reflexiva del autor. Dice: “Por eso vale la pena parar y pararse, pensar qué es lo que uno piensa. Sé que estoy perplejo. Pero, además, estoy molesto, inquieto, irritado: me persigue la sensación de que algo está muy mal en la Argentina y que mucha gente muy respetable se resiste a verlo.”
Vale la pena entrar en las páginas del libro para apreciar un estilo de escritura que roza entre el ensayo crítico y la crónica de investigación de un periodismo serio y a la vez, saturado de sarcasmo y acidez. Una prosa cáustica que hará repensar muchas cosas a quienes se acerquen a sus páginas.
Las definiciones que Caparrós da a cada título de los capítulos que integran el libro, es propio de quien maneja la realidad y la transcribe con una pizca de ironía al libro. El
primer capítulo es DEMOCRACIA . Y el autor pone el siguiente significado de dicha palabra: “sust. fem. sing., argentinismo: régimen político basado en la entrega del supuesto poder ciudadano a un pequeño grupo de especialistas altamente desprestigiados, llamados políticos. Se sostiene en un mito que pretende que el pueblo gobierna porque una vez cada tanto vota por esos políticos, transformados en candidatos de quienes nada espera que cumplan lo que prometen”. Y en el desarrollo de ese y los demás capítulos, hurga en el significado de los argentinismos, y lo hace con una prosa ágil que logra la atención del lector. Y más aún diría, que consigue lo que posiblemente el autor busca: hacer repensar la realidad del país y su gente a quien se anime a las 400 páginas de un libro que, lo reitero, es ácido y a la vez en ciertos aspectos, muestra una especie de escepticismo en el autor. Pero, cada uno de los lectores, tenemos que sacar nuestras propias conclusiones. Hay verdades de Perogrullo, hay verdades no conocidas, hay pasión en la escritura. Todo ello hace que estemos ante un nuevo y valioso aporte, de un escritor e intelectual comprometido con el país y que dice su verdad. En cada uno de nosotros estará, pues, el discutirla, aceptarla o disentir de ella.
COLOFÓN
Martín Caparrós, en el último capítulo del libro, habla del futuro, y de cómo encontrar una forma política que haga que ese futuro no sea una utopía sino una esperanza a encontrar y aplicar. Por ello concluye este sabroso libro expresando que “(…) en distintos lugares, en muy variadas situaciones, cantidad de personas imaginan o viven o buscan o descubren formas nuevas de pensar el futuro, de ilusionarse con los cambios posibles –o aparentemente imposibles todavía: crean los modos de reinventar el mundo, los futuros futuros. Los que merezcan que peleemos por la posibilidad de hacerlos presente. Por ahora, la pelea es descubrirlos, y en eso estamos, creo, espero. Vale la pena.”
Este libro es, sin dudas, un aporte al esclarecimiento de la realidad argentina. Y por ello es altamente valorable.



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