martes, 19 de octubre de 2010

MARIO VARGAS LLOSA: ESCRITOR TOTAL
Escribe Carlos Sforza*
La Academia Sueca concedió el Premio Nobel de Literatura 2010 al escritor peruano Mario Vargas Llosa. Este galardón ha tenido repercusiones en los ambientes literarios y también, en los extra literarios. Porque Vargas Llosa no sólo es un creador de ficciones, sino un permanente luchador por las libertades del hombre. No ha eludido nunca sacarle el cuerpo a las controversias, como tampoco evolucionar en su pensamiento en busca de la verdad. Que se pueda estar de acuerdo o no con él en cuestiones que hacen a la vida de los pueblos, es agua de otro costal si nos ceñimos al premio que acaba de otorgarle la Academia Sueca.
EL NARRADOR
Mario Vargas Llosa tiene un concepto muy amplio y definido sobre la novela. Él ha leído y ha estudiado a los grandes novelistas del siglo XIX y del siglo XX y es un admirador inclaudicable de Gustavo Flaubert, como admira a Dumas y a tantos otros. Asimismo no nos olvidemos que ha sido un ferviente seguidor de las películas del oeste norteamericano.
Todo ello para situarnos en la perspectiva que tiene el autor sobre lo que es una narración. No es un estudio sobre la palabra, no es una exposición seca sin argumento y personajes activos. Todo lo contrario.
El peruano fue conocido en su calidad de novelista cuando en 1963 publicó “La ciudad y los perros” que había ganado el Premio Biblioteca Breve de Editorial Seix Barral de Barcelona. Esta obra es esencialmente antimilitarista, acusadora de la barbarie existente en el Perú y otros pueblo latinoamericanos, y tuvo gran repercusión gracias al premio obtenido en España.
La lista de novelas de Vargas Llosa es extensa y cada una de ellas ha tenido muchísimos lectores. Sin dudas las que la gente más conoce son las que plantean temas profundos y a la vez causan no sólo una sonrisa sino hasta algunas carcajadas de alegría. Así por ejemplo, sucede con “Pantaleón y las visitadoras” (1973) o “La tía Julia y el escribidor” (1977).
Pero si ahondamos en la obra narrativa del peruano, nos encontramos con lo que es un corpus abigarrado de realismo e indagación en la idiosincrasia de Perú y de Latinoamérica: la opresión, la corrupción, los fundamentalismos. A partir de una realidad vivida, conocida, su imaginación va creando una narrativa que lo muestra como uno de los grandes escritores de lengua española.
“Conversación en la Catedral”, “La casa verde, “La guerra del fin del mundo”, son libros esenciales dentro de la literatura de nuestro continente y, por supuesto de la literatura universal.
Personalmente tengo una especial predilección por “La guerra del fin del mundo” publicada en 1981. El libro tiene esta dedicatoria: “A Euclides da Cunha, en el otro mundo; y, en este mundo, a Nélida Piñón”. La última era una gran amiga del escritor. El primero es el autor de “Os Sertoes” que es un relato histórico sobre la rebelión de “El Consejero” en Canudos, perteneciente al Estado de Bahía en Brasil. Para escribir esta novela, Vargas Llosa no sólo leyó la historia de da Cunha, sino que se surtió de toda la documentación necesaria y hallable y viajó incluso a Canudos para conocer in situ el lugar donde nació aquella rebelión en los finales del siglo XIX.
Brasil había proclamado la República y contra los republicanos se levanta “El Consejero” seguido por un gran número de hombres y mujeres. El jefe de la rebelión es un carismático personaje, que plantea ante la nueva República, la eterna lucha que se ha dado en las tierras latinoamericanas: el fanatismo y el tribalismo contra el progreso. Es claro que ese fanatismo encuentra en el bando contrario el fundamentalismo que se le opone y se da la lucha entre dos fanatismos de distinto signo que obvian cualquier diálogo, que eluden cualquier coincidencia, y que quieren imponer sus ideas por la fuerza y la eliminación del contrario. “La guerra del fin del mundo” es una novela total. Una historia en la que se encadenan muchas otras historias. Es un libro complejo pero de lectura apasionante. Para mi gusto y criterio personal, es una de las mejores novelas que ha escrito Mario Vargas Llosa.
El autor ha dicho que “Lo que tiene Canudos de ejemplar para un latinoamericano es esa ceguera recíproca, a partir de la visión fanática de la realidad, de la que participan tanto republicanos como jagunços, es la misma ceguera para admitir la crítica que la realidad hace a la visión teórica. Esa es la historia de América Latina. (…) Pero el fenómeno es general: es el fenómeno del fanatismo, básicamente, de la intolerancia que pesa sobre nuestra historia. (…) Nuestra historia está plagada de esa intolerancia, de esa incapacidad de aceptar divergencias”
EL ENSAYISTA
La labor de Vargas Llosa como ensayista es conocida. Personalmente comencé a leerlo cuando llegó a mis manos su ensayo “La orgía perpetua” (1975), que es un estudio personal y profundo sobre “Madame Bovary” de G. Flaubert. Es una trabajo que causa verdadero gozo al leerlo. Es la visión de un novelista sobre la obra de otro novelista. Pero la de Vargas Llosa es una mirada en profundidad y es un ensayo escrito en tres grandes partes. En las palabras que anteceden al ensayo propiamente dicho, el peruano explica por qué ha dividido el mismo en tres partes. Dice: “La primera es un mano a mano entre Emma Bovary y yo en el que, por supuesto, hablo más de mí que de ella. En la segunda pretendo concentrarme exclusivamente en “Madame Bovary” y resumir con una apariencia de objetividad su gestión y alumbramiento, lo que es y cómo es la novela. Finalmente, en la tercera intento situarla, por lo que hablo sobre todo de otras novelas, en la medida en que su existencia fue posibilitada, enriquecida, gracias a la suya”. Todo eso y mucho más, claro, nos brinda Vargas Llosa en “La orgía perpetua”. De allí que en otra ocasión dije que es una obra vívida sobre un personaje literario y sobre el mundo que rodeó a Flaubert. Libro para leer con fruición de un novelista que reverencia a otro novelista. Y, por supuesto, el que gana en la emergencia es el lector.
En 1997 publicó “Cartas a un novelista” libro en el que el autor peruano le escribe a un aspirante a novelista y contesta todas sus preguntas, dudas que pueden aquejarlo al emprender la labor narrativa. Son doce epístolas que se convierten en un verdadero breviario para quien debe saber lo que piensa, hace, trabaja Vargas Llosa cuando debe componer una novela.
PERIODISMO
El flamante Premio Nobel de Literatura, quien fuera galardonado por su “cartografía de las estructuras del poder y su reflejo agudo de la resistencia del individuo, su revuelta y de su fracaso”, es un consecuente periodista, con artículos de opinión, publicados en los principales diarios del mundo. Es claro que muchos disienten de sus posturas políticas. Y es legítimo que ello suceda. Pero no se puede obviar decir que Vargas Llosa pone el pecho en todos los frentes, no rehuye el combate de las ideas. Su trayectoria filosófica ha ido transitando del pensamiento de J. P. Sastre al de A. Camus, al de A. Malraux, a discutir a Gramsci. Y llegar a Popper.
J. J. Armas Marcelo en su libro “Vargas Llosa-El vicio de escribir” dice que Kart Popper, su tiempo y el nuestro, fue para Mario Vargas Llosa, una revelación, un sistema de pensamiento que el propio escritor peruano intuía en la batalla dialéctica frente a la mentira ideológica”. Y agrega el crítico español que el peruano comprendió que “había que empezar a pensar en la ética, en la verdad, en la libertad”.
Beatriz Sarlo ha dicho que su obra periodística es una culminación de ese deseo de realidad. Como algunos grandes escritores del XIX (Martí, por ejemplo), sus notas en la prensa son la materia caliente de la actualidad”
Se puede disentir del pensamiento político de Vargas Llosa, pero no se le puede negar su capacidad periodística para afrontar y tratar, desde su posición, los temas actuales.
Por otra parte, nadie, salvo un torpe o un fanático, puede negar que es uno de los grandes escritores que viven en la actualidad.

1 comentario:

  1. Gran alegría me causó el premio otorgado a Vargas LLosa, a quien confieso he leído más como periodista que en su labor literaria. Coincido plenamente con el autor de la nota en que se puede no estar de acuerdo con el pensamiento político del reciente galardonado, lo que no implica dejar de reconocer su valor literario. Además es Latinoamericano, hispanoparlante, es un premio para la lengua española.
    Dice V.LL. en su libro "Desafíos a la Libertad":..."Quienes defienden la necesidad de que el Estado subvencione la vida cultural, alegan que si se deja al mercado decidir la suerte de la poesía, la ópera, el ballet, etc., éstas y otras actividades perecerán o degenerarán, ya que el criterio comercial raras veces coincide con el estético....Poe ello es preciso que el Estado cumpla en la sociedad moderna aquella función de mecenazgo que en la Edad Media y el Renacmiento tuvieron la Iglesia y los príncipes y que permitió a tantos artistas producir aquellas obras de las que la humaidad hoy se enorgullece y que acaso no habrían visto la luz si su existencia hubiera dependido del consumo popular....Una sociedad debe tener el arte y la literatura que se merece: los que es capaz de producir y los que está dispuesta a pagar. Y es bueno que los ciudadanos asuman en este campo sus propias responsabilidades, sin abdicar en ellas a funcionarios, por ilustrados que estos sea....(fragmento de "Cataclismos de la Libertad" 1991). Considero que este pensamiento resume en parte el por qué de tanta resistencia de algunos sectores de la sociedad... Felicitaciones Vargas LLosa por su merecido premio!

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