jueves, 28 de octubre de 2010

LA FIESTA PROVINCIAL DE LA POESÍA

Escribe Carlos Sforza
Los días 23 y 24 de octubre se realizó en el Teatro Victoria la Fiesta Provincial de la Poesía. Fue un encuentro al que asistieron más de 80 poetas de toda la provincia, destacándose asimismo la presencia de numerosos poetas de Victoria. En tandas de cuatro expositores por mesa, se realizaron entre la tarde del sábado y la mañana del domingo, las lecturas de los trabados de quienes asistieron a este encuentro anual.
Las palabras de Roberto Romani, Subsecretario de Cultura de Entre Ríos (quien abrió y cerró la Fiesta), del Presidente Municipal César Gracilazo, de la Directora de la Editorial de Entre Ríos Graciela Iannuzzo y del Coordinador de Cultura Municipal Marcelo Salinas, fueron las que se refirieron al evento como responsables de la organización del mismo.
En esa ocasión, el Subsecretario de Cultura de Entre Ríos me entregó El Cimarrón Entrerriano como galardón a la trayectoria en la escritura, el periodismo y la labor cultural.
A mí me tocó hablar sobre el poeta cuyo nombre llevó esta fiesta, Marcelino Román. Por ello, transcribo a continuación lo que expresé.
SEMBLANZA DE MARCELINO ROMÁN
Hace l9 años se realizó en Victoria, en cumplimiento de la Ley 7984, la Quinta Fiesta Provincial de la Poesía organizada por la Municipalidad de Victoria, La Sociedad Argentina de Escritores, Sección Entre Ríos que entonces presidía, la Subsecretaría de Cultura de Entre Ríos y la Editorial de nuestra provincia. Estuvo convocada bajo el nombre de nuestro gran poeta Gaspar L. Benavento.
Hoy, por segunda vez, se realiza en el mismo escenario que la anterior, la Fiesta Provincial de la Poesía. La Municipalidad de Victoria, la Subsecretaría de Cultura de Entre Ríos y colaboradores, bajo el control y la organización de la Coordinación de Cultura municipal, ha denominado a esta Fiesta con el nombre de otro de los grandes poetas de Victoria, que como Gaspar, ha trascendido el lar nativo, se ha insertado en la lírica de la provincia y se ha incorporado a las muchas y buenas voces de la poesía argentina. Se trata de MARCELINO MARIANO ROMÁN.
Marcelino nació en Victoria, en una casa de calles Vélez Sarsfield y Sargento Cabral el dos de junio de l908 y falleció en Paraná en 1981. Siendo un niño, sus padres se trasladaron con él a Villa Ángela, Antelo, y allí cursó parte de la escuela primaria. Él recordó ambos acontecimientos en sendas poesías incluidas en su primer libro CANTAR Y SOÑAR publicado en 1931, a los 23 años de edad y que Marcelino jamás incluyó en su bibliografía pues como lo escribió en el poemario TIEMPO Y HOMBRE: “En Nogoyá, donde nos iniciamos en el periodismo, publicamos en 1931 nuestro primer muestrario de versificación, bajo la influencia de Carrieguito y de Amado Nervo, éste sobre todo, al punto de que un capítulo del volumen estaba integrado por expresiones de acento místico”.
Marcelino Román fue un trashumante hasta que echó raíces en Paraná. Y lo fue puesto que con una autoformación sólida y con la intuición y la experiencia que lo caracterizaban, jovencito emprendió la tarea periodística que como lo expresó, comenzó en Nogoyá, en el diario “El Radical” en1933, en el mismo año en Gualeguay en “El Día”, En 1935 en “Alerta” de Victoria, en Paraná en “Libre Palabra”. Y culminó esa tarea creando en la ciudad capital en 1935 el Círculo de Periodistas de Paraná del que fue Vocal entonces y luego Presidente. Fue el fundador de la página literaria de “El Diario” de Paraná bajo el nombre de Letras, Autores, Ideas, que hasta el día de hoy continúa en el matutino paranaense. Fue un periodista vocacional y lo fue hasta sus últimas consecuencias.
Simultáneamente, Marcelino dedicó su vida a escribir poesía, ensayos, investigaciones sobre el folklore. Así son insoslayables sus libros “Itinerario del Payador”, “Sentido y alcance de los estudios folklóricos”, “Reflexiones y notas sobre poesía y crítica”.
Marcelino sabía lo que quería cuando dedicaba su palabra a la poesía, al verso. Muchas veces se sale de los cánones académicos pues lo mueve la realidad del hombre cotidiano. Como lo mueve la naturaleza y quienes la habitan como lo demuestra con su poemario “Pájaros de nuestra tierra”.
De los versos al estilo más clásico, regresa a lo gauchesco, bajo la influencia de José Hernández, pero actualizando los temas y el lenguaje. Así lo hizo con “Coplas para los hijos de Martín Fierro” y la continuación de esta obra, “Nuevas coplas para los hijos de Martín Fierro” publicada en 1968. El aclara bien cuando expresa en el prólogo a este libro que “No usamos la sextina martinfierrista, sino un molde más sencillo: la cuarteta, que probablemente fue la más frecuentada por los antiguos payadores”.
En las “Anotaciones preliminares” de su poemario “Tiempo y Hombre”, Marcelino hace una especie de raconto sobre sus poemarios anteriores, situando el fondo y la forma que les impuso. Así dice que en “TIERRA Y GENTE quisimos testimoniar nuestra fidelidad al terruño y sus pobladores, y a la vez a nuestros antecedentes campesinos, buscando una poesía criolla, de raigambre popular (…)”. Y agrega que en “PÁJAROS DE NUESTRA TIERRA de igual modo habíamos trabajado la expresión en marco sencillo, a la vez que cumplíamos el propósito de exaltar la libertad y la alegría en el mundo alado” Ya en TIERRRA Y AMOR, el poeta da cabida en su temática a “los árboles, los insectos y los yuyos. Y siempre tuvieron su lugar personas populares, andanzas, oficios”.
En otros poemarios advertimos, como el propio Marcelino lo expresa, su búsqueda de lo universal desde lo regional.
Marcelino Román fue un poeta social, como él mismo lo reconoció en sus escritos, en sus prólogos, en sus charlas y encuentros. Me tocó estar con Marcelino en algún encuentro de escritores y en otras circunstancias de charlas mano a mano. En una oportunidad, y valga la anécdota para poder alcanzar la dimensión humana y fraternal de Marcelino, en ocasión de una visita que hizo a Victoria, me dijo “Hermanito, tenemos que llevar la poesía a los clubes deportivos, a la gente que está en ellos”. Y así conseguí al día siguiente, una tenida poética de Marcelino en el salón del Club Huracán. Leyó y habló de poesías, ante la atención de los habitués, que con un vaso de vino en la mesa, lo siguieron atentamente. Marcelino salió entonces, reconfortado con ese dar su poesía a la gente del pueblo, sin protocolos, con la humildad que lo caracterizaba.
Shelley escribió en su “Defensa de la poesía, que ésta, “la poesía crea un nuevo universo después de haber aniquilado en nuestro espíritu el universo formado por la repetición de chatas impresiones”.
Marcelino Román cultivó esencialmente una poesía social. Pero a la vez, supo adentrarse en varias ocasiones en las formas clásicas, como cuando transita su verbo por el soneto. Era un hombre que no hesitaba en buscar la forma más conveniente para expresarse conforme quería hacerlo, para “crear un nuevo universo” como decía Shelley.
Por eso, en esta Fiesta donde se celebra a la Poesía, quiero concluir con breves versos de Marcelino Mariano Román, que hoy tutela esta reunión, publicados en los Pliegos de Poesía del Club de Letras, en 1971:
EL POETA EN LA TIERRA DE NADIE
Sollozo de la noche viuda y luto
deshilachado por los estallidos.
Pero aún la poesía dará fruto.
Se reunirán los prójimos perdidos.

En el lucero roto de su frente
se adelantan los soles venideros.
En la canción florece, ¡oh siglo veinte!
la rosa de lo rumbos verdaderos.

1 comentario:

  1. Qué tal, Carlos, le dejo mi blog. Saludos! Siga así!

    http://constitucionyprogreso.blogspot.com/

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