martes, 8 de junio de 2010

RESISTIR CON LA PALABRA
Escribe Carlos Sforza*
La palabra como valor inherente a los humanos ha sido tema de más de una nota que he escrito y de encuentros en los que he hablado de ella. La palabra que es el Verbo que estuvo en el principio, conforme nos dice San Juan en su Evangelio, es uno de los elementos que hace a la convivencia, al conocimiento de uno mismo y del otro, a la propia dignidad de la persona.
Ivonne Bordelois, discípula de N. Chomsky en su doctorado en Lingüística en Estados Unidos, se ha dedicado a una exhaustiva investigación sobre las palabras. Varios de sus libros y artículos se centran en el tema. Ahora acaba de publicar “El silencio como porvenir” (Libros del Zorzal, Bs.As., 2010, 142 páginas), en el que reúne 10 ensayos –conferencias, ponencias- que tratan sobre la palabra.
EL LIBRO
Ivonne Bordelois dice que “El amor por la palabra es una fuente de extraordinaria resistencia sobre las aguas turbulentas de una historia tan difícil como la nuestra” (p.9). El título del libro responde al primer ensayo que lo integra. Y nos habla no sólo de la palabra sino del silencio. Amalgama a éste con aquélla, en una búsqueda de la armonía que debe existir entre ambos. Glosa a Max Picard en “El mundo del silencio” cuando dice “que cuando dos dialogan, si dialogan de verdad, hay siempre un tercero, y éste es el silencio” (p.11).
Recurre, claro, a la poesía de San Juan de la Cruz que es un exponente excepcional sobre la palabra y el silencio y que no sólo marca desde la poesía mística una actitud existencial, sino que lo hace a través de un alto lirismo.
La autora hace una crítica de cierta poesía y literatura actuales. Y así expresa: “Hay una literatura y una poesía que han cortejado y cortejan, con una complicidad lamentable el mundo de la farándula, del bestsellerismo, del éxito a cualquier costo que esta deleznable cultura que nos rodea fomenta sin limitaciones” (p.32).
La reivindicación de la palabra y del lenguaje que hace a lo largo del libro la ensayista, ayuda sin dudas a que el lector pueda reflexionar sobre el tema y valorar en su debida medida lo que ambos son como partes inseparables del ser humano. Expresa que “El lenguaje, en cambio, es la instalación biológico-anímica que nos define como especie. Palabra de pie llama el guaraní, insuperablemente, al ser humano” (p.60). Y en esa definición que supera a una sencilla metáfora, la sabiduría guaraní define exactamente al hombre.
Nos habla de la poesía en tiempos de crisis y también del lenguaje entre la poesía y el poder. Hace una excelente exposición sobre la transmisión de las lenguas y el encuentro de las mismas. Resulta interesante y novedoso su ensayo “La canción en la infancia: un bosquejo de educación sentimental”, en el que desde su experiencia personal, nos cuenta sobre lo que han significado para ella (y significan para los niños) esas canciones. En su caso, no solo las nanas, sino canciones de la calle, las que hacía famosas Carlitos Gardel como lo llama al zorzal criollo, y muchas otras que, desde la niñez, la acompañaron y formaron.
Cuentas y cuentos
En este ensayo nos habla de los cuentos; de su nacimiento y desarrollo de algunos de las tradicionales narraciones (Caperucita, La Cenicienta…). Busca el origen de la palabra cuento que viene del latín computare. Y dice que “adquiere un significado matemático antes de desarrollar la acepción de actividad narrativa; es decir, primero vienen las cuentas y luego los cuentos” (p.113). Tanto los números como las palabras se van escalonando y ascendiendo. En los cuentos se sucede una secuencia tras otra para cerrar el relato.
Nos habla de la narración oral y el encanto y la fuerza que adquiere en un verdadero narrador o contador de historias. Pone el ejemplo del recordado escritor jujeño que ancló en Buenos Aires, Jorge Calvetti. Y lo rescata como gran narrador oral. Dice de él: “… el prodigio primero y superior era su encanto y el misterio con que Jorge iba embargando a su audiencia a medida en que avanzaba en su historia” (p.120). Al leer esto, vino a mi memoria la anécdota que relata Hernán Benítez en el “Palique preliminar” a “Crítica literaria” de Leonardo Castellani. Allí cuenta que en un día de octubre, estando de vacaciones del seminario en las sierras de Córdoba, se desató una llovizna tenaz y una niebla que a la veintena de chiquillos les aguó el retozar en las sierras y los obligó a guarecerse en un porche. Y allí, entre ellos, joven de 21 años, estaba Castellani. Y le pidieron que les contara un cuento. Pero él, en vez de contarles un cuento policial de los que luego escribió en “Las muertes del Padre Metri” o una de sus posteriores famosas fábulas, les contó el libro “Ben-Hur”. Dice Benítez que sacaba de cada libro tres o cuatro escenas, y en ese día les contó la carrera de Ben-Hur. Y fue tan realista, con inserciones de su propia creación, que “al anochecer estábamos con los nervios como si aquella carrera la hubiéramos corrido nosotros. Y en sueños nos parecía ver todavía el pataleo de la blanca cuadriga de troncos arábigos redoblando sobre las arenas del circinado” (Crítica…, págs.26/27).
Es una muestra de la fuerza de la narración oral: en el caso de Bordelois, en la voz de J. Calvetti, en el otro, en la voz del siempre recordado Leonardo Castellani.
El libro concluye con “Pido la palabra”. La poeta y ensayista Ivonne Bordelois en esa alocución dice: “Si la palabra está bajo enemigo es porque la fuerza y el poder de la palabra son temibles, y de allí la necesidad de aniquilarla. De la palabra nacen el espíritu crítico y la inspiración creadora, de la palabra nace el juego, el poema, el canto y el amor, de la palabra nacen la memoria y el conocimiento, de la palabra nace la libertad. Y si se quiere destruir con tanto ahínco la palabra es porque se necesita una sordomudez fundamental para aceptar la inmensa cantidad de chatarra política, comercial y mental que nos rodea y nos asfixia sin cesar” (p.135).
Este es un libro para leer, reflexionar y sacar conclusiones. Es un rescate de la palabra. Y hoy, como siempre, debemos recuperar el valor sagrado de la palabra.
*Blog del autor: www.hablaelconde.blogspot.com

3 comentarios:

  1. En los diferentes trabajos aportados por la ensayista a la que hace referencia el autor de la nota, hemos podido reflexionar sobre la importancia de la palabra entre los hombres. En este nuevo libro nos ofrece la oportunidad de pensar también en los silencios, tan escenciales como la palabra misma. Celebramos esta invitación a la reflexión. En una sociedad donde la palabra está amenazada, y como se ha dicho anteriormente todos debemos recuperar, es tarea también de todos recuperar los silencios, los que nos hacen bien y nos conectan con nuestro mundo interior, que es de donde a veces se quiere escapar. Palabras y silencios, en su medida justa. Con la carga fundamental que le corresponden.

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  2. mtreseses hace un excelente comentario.El equilibrio entre palabras y silencios es, como dice, una complemntación cuando se da en su medida justa. Gracias por haber iluminado mi comentario sobre el libro de I. Bordelois.

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  3. mtreseses hace un excelente comentario.El equilibrio entre palabras y silencios es, como dice, una complemntación cuando se da en su medida justa. Gracias por haber iluminado mi comentario sobre el libro de I. Bordelois.

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