HECHOS, INSTITUCIONES Y PERSONAJES
DE VICTORIA
Escribe Carlos Sforza*
Juan H. “Lito” Stiechr hace un
tiempo nos introdujo en el recuerdo de cosas y hombres e instituciones de
nuestro pueblo. Ahora, reincide en esa tarea a través de “Vivencias de aquella
Victoria” –Recuerdos inolvidables de 1940 a 1990- (Ediciones Del Castillo, diseño de
tapa de Rubén Tealdi, Rosario, febrero de 2013, 240 p.).
En la nota preliminar, el autor
aclara que esta volumen “sea recibido e interpretado no como un libro, que no pretende serlo, sino
como una especie de guía, como se estilaba antes, simple recopilación de datos
recogidos a través de los años, donde se deslizan nombres y apellidos, apodos,
oficios, profesiones, comercios, entidades, misceláneas que tienen como fin
primordial rescatar del olvido, pero que hacen
al rico historial pueblerino, abarcando un período de medio siglo: desde
1940 a 1990” .
La aclaración tiene su fundamento
lógico en cuanto Lito no ha compuesto una obra orgánica en el sentido de un
libro de historia o algo parecido. No ha sido su intención y lo dice claramente
y a mí me lo expresó personalmente al entregarme el volumen. En nuestra ciudad,
allá por comienzos del siglo pasado, se estilaba mucho sacar una especie de
guías donde se consignaban las profesiones, oficios, casas comerciales,
fábricas, y muchos otros rubros que iban registrando lo que sucedía en el
pueblo a través de sus hombres e instituciones.
Pues bien, “Vivencias de aquella
Victoria” ha querido ser algo así como las mencionadas guías y otras
publicaciones que registraban el quehacer de la gente de Victoria. Algo que
sucedía también con publicaciones a nivel nacional y en diversas ciudades del
país.
Stiechr recupera personajes, como
lo hizo en su anterior volumen, que han marcado desde diversos sectores,
actividades y andanzas, un hito en Victoria. Tal el caso del Dr. Francisco
Figueredo, de Carlos Anadón, de Julio Colmal, de Eduardo Rey Cabrera, del
fotógrafo Juan Claver, de José Félix Cudini que fuera Intendente de Victoria,
de Luis S. Capatto, de Luis M. La
Barba , del Tío Panchito. Asimismo enumera, con breves
detalles de sus tareas y de su singularidad, a los que el autor denomina
personajes inolvidables. Y allí sí, recupera a hombres y mujeres, algunos de
ellos a los que conocimos desde que éramos niños, que tenían marcas indelebles
de alguna enfermedad mental que los hacía diferenciados y solían deambular por
las calles pueblerinas. Otros, con alguna profesión determinada u oficio, y
hasta con algunas actividades denominadas “no santas”. Todos personajes que
marcaron, en su momento y con su presencia, etapas de la vida cotidiana de la Victoria que señalan los
cincuenta años que marca en su obra Lito.
En el volumen se inscriben los
Oficios, las Profesiones y se agregan diversas reparticiones, asimismo el autor
incluye Instituciones, Clubes y Escuelas, Empresas y Negocios.
No faltan en esta verdadera guía de
Victoria de la última parte del siglo XX, la inclusión de Misceláneas, donde
aparecen el Chamamé, Pista El Recreo – Quitapenas, Notas del pasado
victoriense, cuando nos comunicábamos con Rosario por lanchas y la época de las
balsas, asimismo el carnaval local y la enumeración de Reinas y su cohorte de 1949 a 2012, los apodos de
muchos victorienses (apodos que son notables y que dieron motivo a quien esto
escribe, a hacer una investigación que se incluyó en el Libro de la Academia Porteña
del Lunfardo).
Es indudable que en una guía como
la que acaba de publicar Juan H. “Lito” Stiechr haya algunas omisiones, y algún
dato que no es como se consigna. Y digo esto, puesto que en una enumeración tan
amplia, siempre suelen existir omisiones involuntarias. Asimismo en cuanto a lo
segundo, debo aclarar que al referirse a
la que se llamó “La Semana
de Victoria” realizada en 1954, siendo intendente el citado José Félix Cudini,
dice Lito que “se realizó en nuestra ciudad (…) en conmemoración de los 150
años de la fundación del Oratorio de la Matanza ”. No fue en recuerdo de ese hecho histórico
de los 150 años, sino n conmemoración de los 144 años de la fundación y los 103
años de la erección de Victoria como ciudad, de allí que siempre se habló de
los festejos centenarios. Este dato lo conozco puesto que integré como
secretario la Comisión
de Homenaje, la que organizó una serie de actos, donde usaron de la palabra don
Juan Migliol en representación del Centro Comercial, en Plaza San Martín, don
Alberto Peverelli frente a la
Iglesia , y donde hubo también otro importantes aportes. Fue
entonces que por intermedio del P. Gregorio Spiazzi vino a Victoria por primera
vez su amigo Raúl Domínguez, y en el Teatro Ideal dictó una conferencia el
escritor José Arévalo. Fue asimismo notable la exposición de antigüedades
realizada en la exBiblioteca “Juventud” en donde brilló la mano de Eduardo
Lorenzo. Toda esa semana que ha evocado Lito, culminó con un gran almuerzo en la Confitería Premier.
Queda claro, pues, que esta obra no
es propiamente un libro de historia, ni una recopilación de notas literarias.
Se trata de artículos aparecidos en periódicos y que, como se sabe, muchas
veces se escriben al correr de la pluma, lo que los hace sumamente asequibles
al gran público con la contrapartida de algunas omisiones o elementos que no
concuerdan con lo real. También el autor incursiona en una forma más bien
enunciativa, enumerativa, para presentar detalles de integrantes de
instituciones de diversa índole. Todo ello está escrito a sabiendas y de allí
la aclaración que hace Lito en su nota preliminar.
COLOFÓN
Esta guía-libro que acaba de
publicar mi excondiscípulo de la
Normal y amigo, Lito Stiechr, es un aporte interesante y
valioso para que se perpetúe el recuerdo de gente, hechos, y sociedades e
instituciones públicas y privadas de Victoria.
Hola. Soy nieto del Dr. Figueredo. Me gustaria leer tu libro. Si no entendi mal.
ResponderEliminarComo lo consigo ?
Muchas gracias.