sábado, 2 de marzo de 2013


HECHOS, INSTITUCIONES Y PERSONAJES DE VICTORIA
Escribe Carlos Sforza*
Juan H. “Lito” Stiechr hace un tiempo nos introdujo en el recuerdo de cosas y hombres e instituciones de nuestro pueblo. Ahora, reincide en esa tarea a través de “Vivencias de aquella Victoria” –Recuerdos inolvidables de 1940 a 1990- (Ediciones Del Castillo, diseño de tapa de Rubén Tealdi, Rosario, febrero de 2013, 240 p.).
En la nota preliminar, el autor aclara que esta volumen “sea recibido e interpretado  no como un libro, que no pretende serlo, sino como una especie de guía, como se estilaba antes, simple recopilación de datos recogidos a través de los años, donde se deslizan nombres y apellidos, apodos, oficios, profesiones, comercios, entidades, misceláneas que tienen como fin primordial rescatar del olvido, pero que hacen  al rico historial pueblerino, abarcando un período de medio siglo: desde 1940 a 1990”.
La aclaración tiene su fundamento lógico en cuanto Lito no ha compuesto una obra orgánica en el sentido de un libro de historia o algo parecido. No ha sido su intención y lo dice claramente y a mí me lo expresó personalmente al entregarme el volumen. En nuestra ciudad, allá por comienzos del siglo pasado, se estilaba mucho sacar una especie de guías donde se consignaban las profesiones, oficios, casas comerciales, fábricas, y muchos otros rubros que iban registrando lo que sucedía en el pueblo a través de sus hombres e instituciones.
Pues bien, “Vivencias de aquella Victoria” ha querido ser algo así como las mencionadas guías y otras publicaciones que registraban el quehacer de la gente de Victoria. Algo que sucedía también con publicaciones a nivel nacional y en diversas ciudades del país.
Stiechr recupera personajes, como lo hizo en su anterior volumen, que han marcado desde diversos sectores, actividades y andanzas, un hito en Victoria. Tal el caso del Dr. Francisco Figueredo, de Carlos Anadón, de Julio Colmal, de Eduardo Rey Cabrera, del fotógrafo Juan Claver, de José Félix Cudini que fuera Intendente de Victoria, de Luis S. Capatto, de Luis M. La Barba, del Tío Panchito. Asimismo enumera, con breves detalles de sus tareas y de su singularidad, a los que el autor denomina personajes inolvidables. Y allí sí, recupera a hombres y mujeres, algunos de ellos a los que conocimos desde que éramos niños, que tenían marcas indelebles de alguna enfermedad mental que los hacía diferenciados y solían deambular por las calles pueblerinas. Otros, con alguna profesión determinada u oficio, y hasta con algunas actividades denominadas “no santas”. Todos personajes que marcaron, en su momento y con su presencia, etapas de la vida cotidiana de la Victoria que señalan los cincuenta años que marca en su obra Lito.
En el volumen se inscriben los Oficios, las Profesiones y se agregan diversas reparticiones, asimismo el autor incluye Instituciones, Clubes y Escuelas, Empresas y Negocios.
No faltan en esta verdadera guía de Victoria de la última parte del siglo XX, la inclusión de Misceláneas, donde aparecen el Chamamé, Pista El Recreo – Quitapenas, Notas del pasado victoriense, cuando nos comunicábamos con Rosario por lanchas y la época de las balsas, asimismo el carnaval local y la enumeración de Reinas y su cohorte de 1949 a 2012, los apodos de muchos victorienses (apodos que son notables y que dieron motivo a quien esto escribe, a hacer una investigación que se incluyó en el Libro de la Academia Porteña del Lunfardo).
Es indudable que en una guía como la que acaba de publicar Juan H. “Lito” Stiechr haya algunas omisiones, y algún dato que no es como se consigna. Y digo esto, puesto que en una enumeración tan amplia, siempre suelen existir omisiones involuntarias. Asimismo en cuanto a lo segundo, debo aclarar que  al referirse a la que se llamó “La Semana de Victoria” realizada en 1954, siendo intendente el citado José Félix Cudini, dice Lito que “se realizó en nuestra ciudad (…) en conmemoración de los 150 años de la fundación del Oratorio de la Matanza”. No fue en recuerdo de ese hecho histórico de los 150 años, sino n conmemoración de los 144 años de la fundación y los 103 años de la erección de Victoria como ciudad, de allí que siempre se habló de los festejos centenarios. Este dato lo conozco puesto que integré como secretario la Comisión de Homenaje, la que organizó una serie de actos, donde usaron de la palabra don Juan Migliol en representación del Centro Comercial, en Plaza San Martín, don Alberto Peverelli frente a la Iglesia, y donde hubo también otro importantes aportes. Fue entonces que por intermedio del P. Gregorio Spiazzi vino a Victoria por primera vez su amigo Raúl Domínguez, y en el Teatro Ideal dictó una conferencia el escritor José Arévalo. Fue asimismo notable la exposición de antigüedades realizada en la exBiblioteca “Juventud” en donde brilló la mano de Eduardo Lorenzo. Toda esa semana que ha evocado Lito, culminó con un gran almuerzo en la Confitería Premier.       
Queda claro, pues, que esta obra no es propiamente un libro de historia, ni una recopilación de notas literarias. Se trata de artículos aparecidos en periódicos y que, como se sabe, muchas veces se escriben al correr de la pluma, lo que los hace sumamente asequibles al gran público con la contrapartida de algunas omisiones o elementos que no concuerdan con lo real. También el autor incursiona en una forma más bien enunciativa, enumerativa, para presentar detalles de integrantes de instituciones de diversa índole. Todo ello está escrito a sabiendas y de allí la aclaración que hace Lito en su nota preliminar.
COLOFÓN
Esta guía-libro que acaba de publicar mi excondiscípulo de la Normal y amigo, Lito Stiechr, es un aporte interesante y valioso para que se perpetúe el recuerdo de gente, hechos, y sociedades e instituciones públicas y privadas de Victoria. 

1 comentario:

  1. Hola. Soy nieto del Dr. Figueredo. Me gustaria leer tu libro. Si no entendi mal.
    Como lo consigo ?

    Muchas gracias.

    ResponderEliminar