domingo, 16 de octubre de 2011

LA VANGUARDIA POÉTICA DE BETTY MEDINA CABRAL
Escribe Carlos Sforza*
Sigo desde hace años la trayectoria poética de Betty Medina Cabral. Su labor como poeta ha sido analizada y premiada por diversos medios. El escritor uruguayo Pablo Troisse le ha dedicado varios libros donde estudia lo que es la poesía de Betty Medina Cabral.
UNDERGROUND
Es claro que, cuando se han leído los libros de la poeta de Río Cuarto (Córdoba), uno se encuentra siempre con una poesía underground. Es decir, de una manifestación literaria que ignora voluntariamente las estructuras establecidas. Esa creación poética coloca a la autora en lo que podríamos llamar la vanguardia. Y lo es no sólo por la estructura que da a su expresión, sino por el contenido de la misma. Y, pienso, al analizar la poesía de Betty, uno se encuentra con una verdadera poesía erótica. Por otra parte sabemos que la poesía erótica, como se la ha definido incluso por el Diccionario de la Real Academia Española, es una poesía amatoria.
En un comentario que hice sobre un libro anterior de la poeta, “La extraña del expediente”, sostuve que Betty Medina Cabral “es en sus obras y se hace a través de las mismas. Se hace escribiendo. Y escribe lo que es su ser. Su poesía se coloca en muchos tramos, entre lo mejor que se ha dicho líricamente en la poesía erótica. Sabemos que en literatura, los límites entre lo erótico y lo pornográfico son lábiles. También sabemos que dentro del arte, se han desarrollado representaciones o símbolos eróticos en todos los tiempos y en todas las civilizaciones”. La poeta en su caso particular, siempre ha estado del lado de la poesía amatoria, de la poesía erótica y, siempre, ha mantenido su postura y no ha cruzado el límite que separa lo erótico de lo pornográfico.
SU NUEVO LIBRO
Betty Medina Cabral acaba de entregarnos un nuevo libro. Se trata de ESCRIBA ENLLUVIADA (Colección Betty Medina Cabral, foto de la autora por Graciela Rabino, dibujos de Carlos Terribili, edición al cuidado de Sandra Tirante, impreso en los talleres gráficos de la Universidad Nacional de Río Cuarto, junio de 2011, 120 pp.)
Este volumen sigue las estructuras de sus anteriores obras y continúa la línea vanguardista de la autora. Es una obra de poesía erótica, y cabe en la categoría ya descripta de lo under.
La poeta transita con una libertad admirable, los vericuetos de la poesía amatoria. Lo hace con el desparpajo de crear neologismos, de eliminar artículos, de unir palabras, de marcar el ritmo interior a través del uso continuado de adjetivos, de sustantivos, de comparaciones. La de Medina Cabral no es, claro, una poesía fácil para quienes están acostumbrados a la poética académica, o al verso blanco pero con una disposición sintáctica determinada.
Su poesía nos lleva como de la mano, a la manera de un lazarillo, por los difíciles meandros de un viaje a la esencia misma de lo erótico. Pero con una sutileza que no cae nunca y, por el contrario, eleva el espíritu del lector.
En Betty hay una unidad en el oficio de vivir y en el oficio literario. En su poesía está la vida. Está el dolor de la vida. Y el sufrimiento que es, según dice el gran dolor y en ese gran dolor está el calmante (p. 75).
Aparecen dos colores que suelen estar en todas sus poesías: el azul y el amarillo. Este último, es un permanente e insoslayable acompañante cromático en la lírica de Medina Cabral.
Como en toda su obra, hay en ésta un hálito de vida vivida. Como escribí en otro lugar, “Eso conmueve. Porque se ubica entre los poetas que saben no sólo poner su lirismo en el papel sino que con cada verso hay un chorro de sangre de la poeta. Es la sangre de su vida, que en sí misma, con alegrías y dolores, muchas veces no equilibrados, se derrama en cada línea y lo hace no como una manifestación realista de fácil acceso, sino como un torrente incontenible de palabras que se unen, a veces casi arbitrariamente, dentro de un esquema lírico que convierte a Betty Medina Cabral en una de las esenciales poetas de la vanguardia de la poética de habla española, dentro de una temática existencial y con sabor de verdadero erotismo que por ser tal y ser su creadora una poeta, hace de su obra una expresión de buena literatura”.
Sabemos que la escritura salva al escritor. Es una especie de coraza que lo protege de los embates de la vida cuando la vida es dura. Como dijo la propia poeta en una entrevista: “Sigo prendida a la escritura y seguiré hasta el final porque ese mundo irreal que se crea escribiendo, me ha salvado de la realidad, que es mezquina, estrecha y angosta”.
Y como la vida de Betty Medina Cabral ha sufrido muchos vaivenes, es propio que su expresión a través de la escritura de vanguardia y erótica que crea en todo momento, sea aquella coraza que la salva de la estrechez de una realidad mezquina y que, muchas veces, es dolorosa.
Esta obra es, en suma, un nuevo y valioso aporte a la poesía under que con tanta excelencia crea Betty Medina Cabral.
*Blog del autor: www.hablaelconde.blogspot.com

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