miércoles, 16 de marzo de 2011

LO FANTÁSTICO
Escribe Carlos Sforza*
Mucho se ha hablado sobre lo fantástico en la literatura. Para dar un ejemplo, diría que Edgar Allan Poe, creador del cuento policial al decir de Borges, fue uno de los grandes precursores de lo fantástico. Sus cuentos deambulan entre lo fantástico y lo extraño.
Tzvetan Todorov define lo fantástico de la siguiente manera: “En un mundo que es el nuestro, el que conocemos, sin diablos, sílfides, ni vampiros que producen un acontecimiento imposible de explicar por las leyes de ese mismo mundo familiar. El que percibe el acontecimiento debe optar por una de las dos soluciones posibles: o bien se trata de un ilusión de los sentidos, de un producto de la imaginación y las leyes del mundo siguen siendo lo que son, o bien el acontecimiento se produjo realmente, es parte integrante de la realidad y entonces esta realidad está regida por leyes que desconocemos (…) Lo fantástico ocupa el tiempo de esta incertidumbre. En cuanto se elige una de las dos respuestas se deja el terreno de lo fantástico para entrar en un género vecino: lo extraño o lo maravilloso. Lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales, frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural.”
Poe, por su parte, conforme a la definición de Todorov, camina por la cuerda floja. Anda en una zona fronteriza entre lo propiamente fantástico y lo extraño. Él describe cierta atmósfera, presenta personas que parecen estar prontas para el sillón de un psicoanalista (tal el caso de “William Wilson”), y es el lector el que descubre y pone en cierta medida, ese ámbito de lo fantástico en los cuentos del autor.
De allí que de Poe a la fecha, lo fantástico en la literatura ha pasado por diversas etapas. Pensemos en los cuentos de Horacio Quiroga, para dar un ejemplo nuestro.
Muchos relatos de Ray Bradbury transitan el género de lo fantástico. No solamente los de ciencia ficción o fantaciencia, sino otros, como “El hombre ilustrado”. Es que el hombre escritor con su imaginación desafía muchas veces las leyes de la naturaleza, y penetra en la psicología profunda, misteriosa del ser humano que encarna a sus personajes.
Lo fantástico está presente, a veces sin quererlo el autor, en cuentos y narraciones de diversa índole. En mis cuentos y novelas, aparece lo fantástico en muchísimas ocasiones. Piensen los lectores en mi novela “Como a través del tiempo…” y comprueben si hay o no, elementos fantásticos. Y en cuento recogidos en varios de mis libros también. Muchas veces sucede que lo fantástico se mezcla con lo puramente realista y produce un contraste que da consistencia al relato. Que logra que el lector siga con atención la narración y se sumerja en ella como parte misma del relato.
Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo publicaron en 1940 “Antología de la literatura fantástica”. Y en el prólogo que firma Bioy Casares en esa primera edición afirma que “Este volumen es, simplemente, la reunión de los textos de la literatura fantástica que nos parecen mejores.” Y el propio Borges, en otra parte, escribió que “(…) toda la literatura es esencialmente fantástica (ya que) la idea de la literatura realista es falsa.”
Sabemos que los géneros en literatura se crean para poner cierto orden en un gigantesco mar como es el de la literatura. Y dentro de ello, existe lo fantástico. De allí que en la reedición de la mencionada obra, como Posdata al Prólogo, El mismo Bioy Casares aclara por qué atacaban a las novelas psicológicas y 25 años después (la reedición se hizo en 1965) dice que “Desde luego, la novela psicológica no peligró por nuestros embustes: tiene la perduración asegurada, pues como un inagotable espejo refleja rostros diversos en los que el lector siempre se reconoce”. Y más adelante agrega: “Tampoco peligra el cuento fantástico, por el desdén de quienes reclaman una literatura más grave, que traiga algunas respuestas a las perplejidades del hombre (…) moderno.”
Lo psicológico puramente realista, lo fantástico, lo policial, la vida propuesta desde diversos ángulos y con diferentes cristales, es lo que ayer, hoy y mañana, ofrecen y ofrecerán las novelas, los cuentos, en suma las ficciones de los escritores. Lo que importa, lo reitero una vez más, es que lo que se escriba sea buena literatura.

1 comentario:

  1. Tema más que interesante el que nos propone hoy el Conde. Lo fantástico es en suma sólo el producto de la realidad, vista desde ojo creativo del artista y completado con la fantasía propia del receptor. Si tomamos como ejemplo nuestros sueños, a nivel onírico, veremos cómo lo fantástico forma parte permanente de nuestro mundo, que los artistas tienen el don de expresarlo en sus obras y nosostros de disfrutar ya producidas. Sean "realistas" o "fantásticas" las obras de arte le dan sentido a nuestras vidas y nos distinguen de los otros seres, claro está, como bien dice el Conde, si son de calidad....

    ResponderEliminar