Escribe Carlos Sforza*
El 5 de junio de 2013, a la edad de 101
años, falleció en Buenos Aries, donde residía, la destacada intelectual
entrerriana Beatriz Bosch.
Hablar de Beatriz es referirse a
alguien que, desde su provincia natal, a fuerza de voluntad, vocación y coraje,
supo sobreponerse a muchas dificultades para ir creando una trayectoria en la
docencia superior y en la historiografía.
Supe de la cordial amistad de
Beatriz en la relación epistolar y dedicatoria de libros que intercambiamos en
varias ocasiones. Ella sabía, con su rigor característico, valorar al semejante
cuando consideraba que era valorable. De allí que soy deudor de ella por su
buena voluntad para poner en una dedicatoria de la reedición de su libro “Urquiza
–Gobernador de Entre Ríos- 1842-1852”
de la Editorial
de Entre Ríos en 2001, “Al escritor Carlos Sforza con mi alta estima
intelectual”.
Al cumplir 90 años, la Academia Nacional
le hizo un homenaje especial, en el que habló el entonces presidente de la Institución , doctor
Miguel Ángel De Marco que fue alumno de Beatriz Bosch y ahora compartía con
ella un sitial en la
Academia.
Las palabras del Presidente para
referirse a la homenajeada en su 90 cumpleaños, ilustran de manera cabal lo que
significaba como persona, catedrática y, en esencia, historiadora, nuestra
comprovinciana. Hizo De Marco, una reseña biográfica y bibliográfica de Beatriz
Bosch, que en su síntesis es un perfecto retrato de quien hace poco más de un
mes, murió en la Capital Federal
y cuyo deceso ha tenido muy poca repercusión en los ambientes culturales del
país.
A raíz de ese homenaje, Beatriz
respondió en la misma Sesión Pública, con un discurso que tituló “La historia
de mis libros”, donde hace una especie de autobiografía que la pinta de cuerpo
entero. Comienza así:
“No nací historiadora.
Descubrí mi vocación desde
temprano, sí, gracias a esa forma de felicidad como Borges llama a la lectura.
No abundaban los libros en mi casa,
pues vengo de una rama empobrecida de una familia que supo de tiempos mejores.
Entre los textos de mis hermanos
mayores, junto al invariable Grosso y al Malet, encontré el segundo tomo de la Historia de Entre Ríos,
de Benigno Tejeiro Martínez.
Enseguida lo devoré, al punto de
saberlo poco menos que de memoria”.
Continúa con su ascenso en los
estudios de la escuela primaria y la
Normal de Paraná con el rigor que había impuesto en la misma
el “grande José María Torres.” Su paso por la Facultad de Ciencias
Económicas y Educacionales donde encontró un mundo nuevo. Memora a sus maestros
de entonces: el arqueólogo Francisco de Aparicio, el historiador José Luis
Busaniche, el orientalista José Imbellone, el geógrafo Joaquín Frenguelli, el
latinista David O. Croce. Asimismo recuerda las clases de filosofía de Vicente
Fatone, Ángel Vasallo y M. Guglielmini como las de literatura del tan recordado
Carlos María Onetti.
En esa disertación, recogida por el
Boletín de la Academia Nacional
de la Historia
y publicada luego como una separata (año 2004) que Beatriz tuvo la gentileza de
enviármela con una sentida dedicatoria, hace un verdadero racconto de su
itinerario intelectual. Nos pone frente a sus estudios y a cuando tres días
después de cumplir 20 años, se recibió de profesora en Historia y Geografía el
14 de diciembre de 1931. Su incursión en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Asimismo sus estudios de
latín y griego cuando fue designada catedrática de Historia de Roma y de Edad
Media en el Instituto del Profesorado que reemplazó a la Facultad , lo que le
permitió, conforme lo expresa, sedimentar su formación historiográfica.
Es sabido que Beatriz Bosch dedicó
luego la mayor parte de su trabajo de investigación a bucear en la figura del
General Justo José de Urquiza. De allí que supo indagar en los archivos siendo
en esa época la única mujer que hacia investigación en los archivos puesto que
el resto eran varones. Dice al respecto: “Volví al archivo en las mañanas,
tiempo que me dejaba libre la preparación de las clases del Instituto.
Solitaria investigadora durante años y años”.
Miguel Ángel De Marco en la
presentación-homenaje que se le hizo en Buenos Aires, donde residió desde 1981,
hace notar que en su momento “Beatriz había sufrido las consecuencias de su
oposición al régimen autoritario que regía la Argentina. Alejada
de sus cátedras en el Profesorado, no había vacilado en ganarse la vida
vendiendo guantes o escribiendo editoriales en las páginas de El Diario, la
vieja hoja de los Etchevehere, que contaba así con una pluma ágil y valiente en
tiempos complejos y difíciles”.
Ejerció la docencia universitaria
en Santa Fe y ocupó el rectorado del Instituto Nacional del Profesorado en
Paraná. Dictó cursos y conferencias y, sobre todo, continuó hasta el fin de sus
días en la tarea de investigar la historia y publicar sus hallazgos y su
interpretación de hechos y acciones de los hombres en libros, artículos,
reseñas, prólogos, estudios preliminares a obras de otros autores.
Numerosas distinciones jalonan la
larga vida intelectual de Beatriz Bosch. Fue distinguida con la Faja de Honor de la SADE , la Pluma de Plata del Centro
Argentino del PEN Club Internacional, por la Fundación Konex ,
la Cámara de
Diputados de la Nación ,
el Gobierno de Entre Ríos, la
Cámara de Diputados de nuestra provincia y obtuvo el Primer
Premio Nacional de Historia de la entonces Secretaría de Cultura de la Nación.
La bibliografía de Beatriz Bosch es
amplia, compacta, expresión de una concienzuda investigación. Entre sus títulos
se encuentran “Gobierno del Coronel Lucio Mansilla” (1942), “Urquiza Gobernador
de Entre Ríos” (1940), “El Colegio del Uruguay. Sus orígenes. Su edad de oro”
(1949), “Presencia de Urquiza! (1953), “Urquiza el Organizador” (1963),
“Urquiza y su tiempo” (1971), “Historia de Entre Ríos” (1978), y varios más.
Como se puede apreciar y quienes
conocemos la trayectoria y la labor historiográfica de Beatriz Bosch podemos
aseverarlo, fue una incansable intelectual que dejó una cantidad de aportes
históricos que nutren y enriquecen la bibliografía histórica argentina y en
forma especial entrerriana.
Como bien expresó De Marco,
“Beatriz no era unánimemente aceptada en los cenáculos locales, pues la
probidad que le hacía juzgar con severidad a los diletantes y a los perezosos
no les resultaba grata. Reconocida y apreciada
por todo el país, era objeto de un sin duda mortificante silencio en la patria
chica. Por suerte, de unos años a esta parte, la gente de la cultura
–historiadores, narradores, poetas, artistas- han sabido reparar ese
injustificado olvido, otorgándole el lugar que merece entre las figuras
entrerrianas más notable de sesenta años a esta parte.” Ese reconocimiento se
basa en un análisis ecuánime de su aporte a la historiografía y a la cultura.
No podemos obviar el hecho que fue cofundadora de la Seccional Entre
Ríos de la SADE
y su primera Presidenta y estuvo en la organización de V Congreso Nacional de
las Sociedad Argentina de Escritores, que se realizó en Paraná.
Ella con su carácter y su impronta,
dejó huellas profundas y palabras contundentes sobre la labor de quien
investiga la historia. Por eso rescato el final de su disertación en la Academia Nacional :
“Aspiro a exponer con claridad de pensamiento y con pureza de estilo, según Groussac
exigía, al concebir la historia como arte, ciencia y filosofía. Disciplina
científica, la Historia
se enseña en las facultades de humanidades de las universidades y en los
departamentos de Historia de los institutos superiores de profesores. Concepto
que no se ha adentrado debidamente entre el público. Defender la historia del
asedio de piratas y dragoneantes, ha de ser consigna que entrego a las jóvenes
generaciones de investigadores. Ese es mi mensaje.”
Beatriz Bosch nació en Paraná
(Entre Ríos) el 11 de diciembre de 1911.
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