lunes, 8 de octubre de 2012

IMPORTANTE APORTE A LA BIBLIOGRAFIA ARGENTINA


Escribe Carlos Sforza*

Mi nieta Sofía, residente en Paraná, me regaló este año un libro que puede definirse como un importante aporte a la bibliografía argentina.

Se trata de CONTORNO Edición facsimilar, publicación realizada por la Biblioteca Nacional (Buenoas Aires, 2007, 328 p.). Esta obra que reúne la colección completa de la revista y los cuadernos de CONTORNO, tiene una introducción valiosa de quien fue fundador y primer directo de la publicación, cuyo primer número apareció en noviembre de 1953, Ismael Viñas.

Precisamente I. Viñas cuenta la historia del nacimiento y evolución de la publicación y, como es una recordación que surge de la memoria, no soslaya aportar algunas anécdotas que ponen un buen condimento a la breve historia que desarrolla el escritor.

La revista CONTORNO fue una especie de bisagra dentro de las publicaciones dedicadas a la literatura y la cultura. Rodríguez Monegal llamó a los integrantes, que fueron sumándose a lo largo de la publicación de cada número, “los parricidas”. Ismael Viñas y su compañera Susana Fiorito pusieron sus ahorros para poder comenzar con la edición de la revista que, conforme dice el primer director en la breve historia que precede a la edición facsimilar, que la publicación no era solamente una revista crítica a la literatura sino a la cultura argentina, como lo ha afirmado Juan José Sebreli que escribió un artículo sobre Los Martinfierristas en el primer número.

Ismael Viñas sostiene que era una revista “denuncialista”. Y aclara, ya que posteriormente muchos lo han dicho, que pese a esa apreciaciones o calificaciones de estudiosos posteriores, que los que escribían la revista eran sartreanos no era tan así. Y el escritor atribuye ese calificativo al hecho que todos o casi todos los que escribían en CONTORNO eran escritores “comprometidos”. E, incluso, aclara que él era un lector asiduo de Marx y que cuando comenzó la revista no había leído nada de Sartre. Y lo dice expresamente: “(…) porque sartreanos sólo eran algunos de los colaboradores. Yo, por cierto, no lo era por simple ignorancia en aquel entonces pues no había leído nada de Sartre. Después lo leí y no me gustó demasiado; y me interesó muy poco como filósofo” (p.V). Asimismo aclara que, por ejemplo, León Rozitchner protestó cuando lo llamaron sartreano “pues él era discípulo de Merlou-Ponty.” Y asevera que los que eran sartreanos lo han proclamado como Sebreli, Correas y Massotta y agrega “aunque no advierto en lo que he leído de ellos, tal influencia”.

ALGUNOS TEMAS DE CONTORNO

Es sumamente interesante leer los números de la revista ya que se dedicaba cada publicación a temas determinados. Por ejemplo al análisis exhaustivo, desde el punto de vista de los que componían el grupo que escribía en la publicación, de Roberto Arlt. Como el tema del “voseo” en la literatura argentina. No olvidemos que hasta que la Real Academia aceptó la forma del voseo, muchos escritores eludían utilizarlo en los diálogos, hasta el punto que en una novela Eduardo Mallea no usa el diálogo para no caer en el uso del voseo al transcribir el lenguaje coloquial.

Al respecto yo tengo una anécdota real y que planteó una disyuntiva que por suerte fue solucionada satisfactoriamente. Cuando Ediciones Paulinas de Buenos Aires publicó mi primera novela, “Patio cerrado”, en 1965, el responsable de las ediciones me planteó el dilema del uso del voseo en los diálogos habida cuenta que la novela se iba a distribuir y comercializar en la Argentina, México y España. Y, obviamente, en estos dos últimos países no se usaba el voseo sino el tú. Yo, con criterio, me negué pues era desvirtuar el lenguaje coloquial de nuestra gente. Al fin, aceptaron mi decisión y conservaron el voseo. Y de esa forma mantuvo la obra el matiz de nuestro hablar cotidiano.

Hecha esta salvedad sobre un tema que en la mitad de los sesenta aún se mantenía vigente, vuelvo a la edición facsimilar de CONTORNO. Es de destacar que la revista estuvo presente en los últimos años del segundo gobierno de Perón y, por supuesto, hizo malabares para no caer en la censura que algunos imponían a ciertas publicaciones. Esa actitud está muy bien explicada por Ismael Viñas en la pequeña historia prologal de esta publicación.

Luego de la caída de Perón en 1955, continuaron con la revista y los cuadernos hasta abril de 1959, embarcadas las publicaciones en una mirada más que hacia la literatura y la cultura, hacia la política, apoyando en muchas notas el programa desarrollista de Arturo Frondizi.

Susana Cella sostiene que “En conjunto, la experiencia de CONTORNO no sólo marca una irrupción bien delineada de una crítica respecto de determinadas figuras de la literatura argentina, sino que explicita los fundamentos desde los cuales efectúa dicha actividad introduciendo entonces un cambio de perspectiva y, claramente, una tensión polémica y desmitificadora que continuaría por diversos cauces en los años siguientes, tanto en lo que respecta a los integrantes de la misma, como a otros actores del campo popular” (Historia crítica de la literatura argentina, “La irrupción de la crítica”, T. 10, p.46).

COLOFÓN

Esta edición facsimilar de CONTORNO viene a suplir la dificultad de acceso a una publicación que marcó un hito importante en la crítica literaria y cultural en el país, en la década del cincuenta del siglo pasado. Y, por supuesto, las secuelas que esa crítica dejó después de su último número publicado.



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