miércoles, 30 de octubre de 2013

LA MUERTE DE JOSÉ GOBELLO
Escribe: Carlos Sforza*
El 28 de octubre recibí un mail de la Academia Porteña del Lunfardo. En él me comunicaban que en esa madrugada, a los 94 años de edad, había fallecido nuestro Presidente de la Academia.
Una larga vida la de don José Gobello. Con todos los avatares que vivir casi un siglo conlleva.
Fue junto a otros amigos, el fundador de la Academia Porteña del Lunfardo. Fue un activo militante dentro del partido peronista y diputado nacional propuesto por la CGT.  Cuando cayó el gobierno, estuvo preso durante dos años. No obstante ello, su actividad como periodista y escritor de temas populares e investigador del habla de los argentinos, no decayó nunca. Tanto es así que durante su detención escribió en la cárcel su “Historia de ladrones” que viera la luz antes de su liberación.
Como escribiera el cofrade Marcelo Héctor Oliveri, “es miembro de la Academia Nacional de Letras del Uruguay y lleva publicados más de dos docenas de libros dedicados principalmente a las expresiones Culturales populares de Buenos Aires” (2002).
Fue elegido Presidente de la Academia del Lunfardo en 1995 después de haber sido durante 33 años Secretario de la institución.
Tuve la suerte de compartir con él y otros cofrades la actividad permanente de la Academia, al ser miembro correspondiente en Entre Ríos. Además mantuve una amistad que en ocasiones fue en encuentros personales y muchas veces a través de la correspondencia, las comunicaciones a la Academia y el comentario de libros.
Nunca me voy a olvidar cuando en ocasión de visitar Buenos Aires con mi mujer, nos invitó a salir a caminar las calles porteñas a la noche, y recorrer algunos de los bares y cafés famosos. Anduvimos varias horas y tengo            bien presente cuando recorrimos cafés de La Recoleta el cariño que recibía de los porteros y encargados de los mismos cuando lo saludaban con un “Don José” que se extendía con algún comentario adicional.
Victoria tuvo ocasión de escucharlo cuando llegó a nuestra ciudad junto al maestro Sebastián Piana, el autor de tantos tangos como su famoso “Tinta Roja”, invitados por la Agrupación Cultural Victoria, donde se desarrolló el acto pertinente con gran asistencia de público.
Los aportes de José Gobello al conocimiento del habla de los argentinos son valorados en todo el mundo. Es un verdadero lunfardólogo, que ha rastreado el origen del lunfardo y ha hecho aportes significativos junto a otros colegas y cofrades de la Academia.
No sólo se ha detenido y profundizado en el lunfardo, sino que ha abarcado otros campos de la lingüística. Así en 2003 publicó “Diccionario Gauchesco” que me envió en mayo de ese año con una afectuosa dedicatoria. Dice Gobello en Nota Bene que abre el diccionario: “Toda lengua deriva a una koiné, a una lengua común que procede de la reducción de una variedad idiomática a una unidad. Hace por lo menos 800 años, el castellano –los españoles gustan llamarlo español- era algo así como una koiné del sermo plebeius y del árabe. La koiné que hablamos hoy los porteños reduce a unidad el mejor castellano de España, el vocabulario de la campaña y los dialectimos y jergalismos traídos por la inmigración”. Y también, con fundamento, claro, afirma que “el habla gaucha o el lenguaje gauchesco es en definitiva un vocabulario de unos mil vocablos, poco más o menos. Eso es todo: un vocabulario”.
Indudablemente, José Gobello era un estudioso de nuestra lengua, del habla, del vocabulario. Y cuando entrega a los lectores su “Diccionario Gauchesco” cita a Adolfo Prieto cuando habla del lenguaje gauchesco que sería “una variedad dialectal y arcaizante del español” pero, además, menciona a Amado Alonso que “llamó marinerismos en tierra, las creaciones locales”. Y conocerlo, al fin de cuentas, explica Gobello, “puede ser fuente de placer”.
De allí su dedicación de muchísimos años, al estudio y rescate de palabras que se plasmaron en los aportes bibliográficos que nos ha legado José Gobello.
La muerte de nuestro Presidente de la Academia Porteña del Lunfardo, es una verdadera pérdida para la cultura Argentina. Sus aportes han sido grandes dentro del área de las letras y la investigación del habla del pueblo. Asimismo su accionar como periodista y su incansable trabajo en la Academia.
La muerte de un amigo nos toca de cerca. Pero su imagen queda viva en la memoria y en sus obras. Que dan valor a su lucha por la vida. Nos ha dejado, pues, físicamente, un verdadero investigador del habla popular. Queda su obra que otros continuarán sin dudas,
José Gobello había nacido en Martínez (Buenos Aires) el 26 de septiembre de 1919.    



miércoles, 23 de octubre de 2013

VI CONGRESO INTERNACIONAL DE LA LENGUA
Escribe: Carlos Sforza*
Acaba de finalizar en Panamá el VI Congreso Internacional de la Lengua Española. Durante sus deliberaciones se trataron diversos temas que tienen referencia directa sobre la expansión del español, segunda lengua nativa más hablada en el mundo, y los problemas conexos con su expansión y difusión.
Según las informaciones que se han dado a conocer, tanto escritores, editores, educadores y funcionarios que participaron del encuentro internacional, estuvieron de acuerdo en que el español “se habla más” pero a la vez que “se lee menos”.
Es evidente que ante el avance de los medios digitales, el libro con soporte de papel, haya perdido lectores. Pero esa evidencia es, para mí, relativa. Porque debemos tener en cuenta el crecimiento demográfico de la población mundial y, a la vez, el avance de la cibernética en un mundo completamente digitalizado.
Recuerdo una entrevista que hizo Juan Cruz en el diario “El País” de España al editor Antoine Gallimard. El escritor le preguntó al editor francés: “¿Cómo ve un gran editor el porvenir del libro?”. A lo que Gallimard respondió: “No hay grandes editores, sino, simplemente, editores, ya sean grandes o pequeños. No me preocupa el lugar del libro en el futuro. Estoy seguro de que seguirá siendo extremadamente importante. El libro digital, lejos de suponer el fin del libro, es una nueva oportunidad para éste. (…) Creo que el porvenir del libro depende a la vez de los editores y de los autores. Es un oficio que surge del afán de compartir, a través del libro, universos secretos” (abril de 2011).
En el recientemente celebrado VI Congreso se oyeron voces destacadas en defensa del libro con el soporte papel, sin desmerecer las posibilidades y difusión que conlleva el libro digital.
El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa dijo en el Congreso que “El espíritu crítico, que ha sido el resultado de las ideas contenidas en los libros de papel, podría empobrecerse extraordinariamente si las pantallas acaban por enterrar a los libros”. A su vez, el escritor colombiano William Ospina hizo hincapié en las responsabilidades al afirmar que “Los más cordiales enemigos de la lectura son la academia y la industria editorial.” Una acusación que debe haber causado mucho revuelo en el seno de los congresales.
Es de destacar que ambos escritores fueron algunas de las  voces que celebraron “la riqueza y pujaza de la lengua (y) alertaron sobre los riesgos que enfrenta la lectura, especialmente en el mundo hispanohablante”.
Otro de los temas que abordaron los asistentes al Congreso, fue el de los derechos de autor. Porque a través de la versión digital, sucede que prácticamente se sustraen esos derechos al escritor y se multiplican los libros, relatos, cuentos y demás escritos, sin que quienes crearon los mismos, los escritores, perciban absolutamente nada por ello. Al respecto es interesante tener presente que el Presidente de la Real Academia Española de la Lengua, José Manuel Blecua, sostuvo que “se pueden robar por Internet 200.000 títulos de libros” en español.
En la mesa redonda sobre “El libro entre la creación y la comunicación” el escritor chileno Antonio Skármeta afirmó que las nuevas herramientas acercan al hecho literario  y a la vez sostuvo que “no alteran la imponente presencia del libro, con la autoridad de su prestigio, los atributos de su diagramación, tipografía, textura de papel, diseño de portada, vinculación con la academia y la prensa.”
En el Congreso se trató la forma de intensificar la lectura entre los niños y los jóvenes. Cosa que, por suerte se está haciendo en varias de las escuelas argentinas y, concretamente, en Victoria.
Por otra parte y al respecto, Ospina sostuvo que “leer es un placer y eso es lo que hay que transmitir”. Y, se dijo, asimismo, que hay que sacar de la lectura la carga utilitaria que “ha conllevado hasta ahora”. Es decir, fomentar la lectura como un gozo.
Pienso que el libro pervivirá ante el avance de las nuevas herramientas que la cibernética nos ofrece. Y en esa tarea de hacer que el libro con soporte papel siga vigente, la educación tiene mucho que ver. Y se demuestra a través de experiencias que se hacen. Así, por ejemplo, de acuerdo a las noticias que llegan desde Panamá, los representantes de ese país presentaron en el Congreso los resultados de “un nuevo sistema de lectura cuya pedagogía se basa en los relatos que redactan los propios estudiantes”. Y me sorprendió este informa cuando supe que en Victoria, alumnos del Colegio “Nuestra Señora del Huerto”, leyeron mi cuento “El fantasma de la cal” y, basados en la lectura, buscaron temas de misterio y redactaron relatos que compilaron y se formó un libro escrito por ellos. ¿Coincidencia? No sé. Lo cierto es que la creatividad de los docentes y la labor consciente de los estudiantes, pueden ser motivo para incentiva la lectura. Y, de otras maneras, se hace, como queda dicho, en muchas escuelas entrerrianas.

 Todo lo expresado no hace sino confirmar mi postura: el libro, con el soporte papel, seguirá “vivito y coleando”.        
FERIA DEL LIBRO DE PARANÁ
Escribe Carlos Sforza*
Del 10 al 13 de octubre se realizó en Paraná la 1ª Feria del Libro bajo el título “Páginas del Bicentenario”. La Municipalidad de la capital provincial fue la organizadora de un evento que sorprendió por el ensamble de los actos y la cantidad de público que día tras día asistió a los diversos ofrecimientos culturales que se presentaron.
LUGAR
La Feria del libro estuvo emplazada en la Plaza 1º de Mayo. Allí se instalaron  carpas especiales, provistas de todos los elementos esenciales para montar el evento. Con buen criterio se tomó la determinación de ponerles nombres de escritores a las carpas: Carpa 1 Amaro Villanueva, Carpa 2 María Esther de Miguel, Carpa 3 Guillermo Saraví, Carpa 4 Juan José Manauta, Carpa 5 Fray Mocho, Carpa 6 Juan L. Ortiz. Además se utilizaron algunos salones como el de la Confederación del Colegio Ntra. Sra. de Huerto, Salón Mariano Moreno, Plaza de la Confederación (Palacio Municipal), Teatro 3 de Febrero.
DIVERSIDAD DE ACTOS
Durante los cuatro días de la Feria, se presentaron diversos actos en las carpas y los espacios elegidos para el evento cultural. Había librerías con exposición y venta de libros, presentaciones de libros, teatro, música, exposiciones diversas.
Los paranaenses y los muchos visitantes de otros lugares, gozaron de un auténtico espacio cultural que, con buen criterio, a través de los representantes del área correspondiente del Municipio, desde la mañana hasta la noche se pudo asistir a numerosos actos conforme a las apetencias de los que en una cantidad que realmente llamaba la atención colmaron los diversos espacios montados en la plaza y en los locales institucionales.
Los actos de presentación de libros y charlas y diálogos con el público, se realizaron en las carpas y lugares cerrados, como asimismo se posibilitó la presencia institucional de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Entre Ríos (Paraná), la Editorial de Entre Ríos, ambas en carpas separadas y donde se dieron cita escritores que como en la Carpa Fray Mocho, presentaron sus libros y dieron diversas charlas e hicieron lecturas de poemas y relatos.
Hubo teatro y el día final se presntaron los libros “Paraná, rosa de otoño” de Amaro Vilanueva y “Poemas de las cosas de la calle sucia” de Nicolás Jozami, coeditados por Eduner (Editorial de la UNER) y la Municipalidad de Paraná que, conforme pude recoger como dato importante, compró 1200 ejemplares para distribuirlos gratuitamente en escuelas, colegios, bibliotecas y muchos se regalaron a los participantes del acto de presentación y clausura de la Feria.
EL STAND DE LA SADE
La SADE tuvo su stand propio, con libros de autores socios de la institución, en la Carpa Guillermo Yaraví. Allí me encontré con viejos amigos escritores como Elsa Serur y Eise Osman de Gualeguay, Adolfo A. Golz de Paraná, aparte de los directivos y socios de la Sade paranaense.
Allí dicté mi conferencia sobre “Martín del Pospós y el paisaje entrerriano” y tuve oportunidad de dialogar con los asistentes, interesados en conocer detalles sobre lo que el paisaje de nuestra provincia, desde la niñez del autor de “El país de los chajás”, pasando por su juventud y su edad adulta, que significó en su formación y en visión de las islas y sobre todo en sus incomparables descripciones.

Una Feria, la de Paraná, que honra a la Municipalidad y a sus organizadores y que es un ejemplo a tener en cuenta. Y un detalle importante: en ninguno de los actos y espectáculos, se cobró entrada. Lo que no es poco decir en un megaevento como la 1ª Feria del Libro de la ciudad capital de Entre Ríos.